martes, 23 de marzo de 2010

"Travel to the moon" 15/36

Autor: Abril
Clasificación: General (lease bajo su propio riesgo [N/A])
Género: Drama, Romance.






"Travel to the moon"
Capitulo 15


Camine con cautela por la habitación, tome un edredón y de pronto Brendon empezó a tararear.
Llena mi corazón de canciones… y… déjame cantar siempre más… eres lo único que me importa… todo lo que idolatro y adoro... en otras palabras… te amo…Empuje las cortinas que me golpeaban el rostro y me senté a su lado, él no me dirigió ninguna mirada, ninguna palabra, ni siquiera un movimiento.
Sabía que no lloraba por mí, no era tan importante para él como para causarle ese tipo de dolor así que por ello me encontraba bastante aliviado, pero por otra parte, quería saber que lo tenia consternado, quería curar sus heridas, quería golpear a quien le hubiera causado ese dolor.
Lo arrope con la cobija y puse uno de mis brazos sobre sus hombros, lo atraje hacia mi, Brendon recargo su cabeza en mi pecho.
Era la primera vez que le veía llorando y descubrí que la imagen no me apetecía en absoluto.
Él se separo tras un rato y nerviosamente le di un beso en la punta de su nariz, coloque mis manos en sus mejillas limpiando con mis dedos sus cristalinas gotas, sintiendo el frio de su rostro.
Me encontraba debatiendo entre si le preguntaría o no el motivo de sus llantos hasta que el abrió la boca levemente, sacándome del aprieto.
—quizás mañana deberíamos de ir a Disneyland…
—Em… si… a donde tu quieras—respondí confuso, me mordí los labios permitiendo darle la privacidad que él me había otorgado cuando yo la necesitaba, o en todo caso, en momentos así.
Nos quedamos callados, sumidos en esa oscuridad de la noche, Brendon miro hacia la luna con anhelo.
—Extraño ser un niño—murmuro quitándose las lagrimas de su rostro con la manga de su sudadera—de verdad que lo extraño…
No podía decir cosas como “yo también” o “te entiendo” porque estaba agradecido con Dios de esta cosa de crecer.
—tengo que irme mañana a un hospital
— ¿Qué? ¿Por qué? —su repentina información incompleta me dejaba en ascuas, lo peor es que su silencio duro como 5 minutos y no me sentía muy a gusto de presionarlo.
Empecé a morder mis uñas imaginándome las mas ridículas y temerosas ideas de porque necesitaría estar en un hospital y, que a pesar de todo, se relacionaran con sus lagrimas.
Suspiro melancólicamente y le echo un vistazo a la luna, estábamos envueltos en una sinuosa oscuridad.
Al fin, tras mucho repasar, me di por vencido, creo que ahora estaba experimentando (como una más de las cosas que experimentaba estando con Brendon) lo que sentía cuando decidía guardar silencio.
—Mi abuelo—murmuro haciendo una mueca, espere pacientemente a que continuara—supongo que tengo que ir a verlo…
Para el caso, sospechaba que estaba hablando consigo mismo y no conmigo así que me quede expectante poniendo toda mi atención en esas lágrimas que se desparramaban por sus rosadas mejillas, recargue mi codo sobre mis rodillas cruzadas y mi cabeza sobre la mano, dedicándome a mirar con desdén como me sentía tan inútil ante aquella situación.
De pronto, volteo a verme dirigiéndome una forzada sonrisa.
—considerando las circunstancias, y mi edad, es estúpido que le tema a los hospitales ¿no? —bueno, negué pero la verdad creía que si era tonto cuando yo había pasado la mitad de mi vida anhelando que rompieran la estúpida ley de “menores de edad no pueden pasar”.
Brendon se aclaro la garganta y hablo con repulsión.
—se me hacen totalmente deprimentes
Claro, hospitales y Brendon no combinaban para nada, sonreí.
—Claro Bden, los hospitales siempre son malos—y nos sumimos una vez más en el silencio.
A pesar de su sonrisa radiante, sus lágrimas habían intensificado en gran medida, no supe bien como fue pero de pronto tenía su rostro entre mis manos encontrándome repentinamente inquieto por calentar su rostro.
—si tu gustas, claro, podría acompañarte
—realmente… me gustaría
Delinee como hipnotizado el camino que seguían sus lagrimas, sus labios rosas estaban morados y resecos debido al frio.
Me quede inútil e idiotamente admirando sus ojos achocolatados mientras acariciaba suavemente sus labios, sonrió ligeramente.
—también me gustan tus labios—susurro clavándome su mirada penetrante, ahora su sonrisa se ensancho—siento como si estuvieran hechos a mi medida
Me sonroje aun visible a esa escasa luz.
—Lo siento—dijo agachando la mirada, algo afligido, molesto y avergonzado por el comentario—no quería hacerte sentir inco…
—No—lo detuve ruborizándome aun mas—de hecho… pienso lo mismo
Baje mis manos, derrotado, tenia ganas de besarlo pero obviamente no era el momento…
…o eso pensé yo porque Brendon poso sus manos en mis mejillas acercándome a él y me dio el beso más perfecto que nos habíamos dado jamás.
Descubrí que la incomodidad solo era por la incertidumbre de los cambios pero cuando empezaba a comprenderlo, a aceptarlo, a vivir con ello, los beneficios no tenían precedentes.
Estaba anonadado y sin darme cuenta estaba aferrado a él con la respiración entre cortada.
El colorete quería explotar y él regresó ágilmente sus manos a mi mejilla.
—es raro verte sonrojado
—controlo bien mis emociones
—Excepto conmigo—dijo con ese tono de superioridad y narcisismo
—Excepto contigo—concedí
—me gustan tus mejillas rosadas, para ser sinceros—sonreí mientras lo jalaba hacia mi para besarlo…


No hay comentarios: