Autor: Abril
Clasificación: General (lease bajo su propio riesgo [N/A])
Género: Drama, Romance.
Clasificación: General (lease bajo su propio riesgo [N/A])
Género: Drama, Romance.
"Travel to the moon"
Capitulo 10
Regrese en si poco a poco, la cabeza junto con la mayor parte del cuerpo me dolía inigualablemente… la conciencia tardo en llegar.
—Pensé que nunca despertarías—comento Spencer mientras ponía un separador en la hoja donde se había quedado, se paro junto a mi— ¿Cómo te sientes amigo?
—aun no lo sé… ¿Cómo llegue acá?
— ¿no lo recuerdas? —Negué—pues Brendon dijo que tomaste mucho y te resbalaste en sus escaleras… según el rodaste bastante antes de quedar inconsciente
Lo mire, no recordaba mucho ¿Por qué había tomado?
—interesante… ¿y Bren?
—estaba acá pero le hablo Audrey, ya sabes, cuando los vieron entrar al hospital armaron un lio… quizás seria bueno que aclararan su situación con los medios
— ¿Qué dijeron? —exigí poniéndome furioso, aquel acción me agoto
—lo de siempre
—Spencer—dije entre dientes
—bien, dijeron que habías ido a conocer a la familia Urie para hacer formal su relación y a alguno de sus hermanos no les pareció y te golpeo
— ¡Eso es lo más estúpido que…!
— ¡¿que haces?!
— ¿Es amor lo que estoy sintiendo?... Quiero saberlo ¡ya…!
— ¿Es amor lo que estoy sintiendo?... Quiero saberlo ¡ya…!
— ¡oh! —grité
— ¿te sientes bien?
—No—jadeé… entonces no había sido un sueño…
— ¿Brendon está molesto conmigo?
—no lo creo… solo fue un chisme clásico de los paparazis—“Casi…”— ¿en que piensas?
—nada… ¿podrías traerme un poco de agua? Creo que no pienso claramente
El partió de la recamara casi convencido de que la morfina me había echo daño, mire los cables a los que estaba atado y mire el aparato que señalaba mis pulsos vitales, tenia una mano vendada, un yeso en la pierna y al parecer un collarín con el que estaba seguro me veía ridículo pero, a pesar de ello, todo eso era secundario a comparación de lo que había echo, ¿Por qué lo había echo? ¿Por qué con Bren?
— ¡maldita sea! —maldije mientras aventaba mi cabeza contra la pared dándome un ligero golpe que dolió mas de lo que debería pero no me sobé ni me queje, un poco más de dolor no me haría daño.
—Deberías dejar de maltratarte tanto—comento la voz de Brendon, abrí los ojos de par en par y lo mire sentado en la silla junto a mí; el no levanto la mirada, estaba concentrado escribiendo en su celular.
Suspire nervioso, ojala y no hubiera mandado a Spencer por agua para que rescatara mi miserable trasero.
Lo observe con toda la atención posible pero eso parecía imposible al cabo de unos cuantos segundos…
… Brendon se sobresalto al ver que mis parpados se cerraban casi independientemente y mi mano se resbalaba de la camilla, me sentía repentinamente débil… el cuerpo me pesaba…
— ¿Por qué siempre me haces lo mismo? —se quejó
— ¿p-per-perdón?
Se levanto del asiento y salió en el justo instante en el que Spencer entro con una enfermera, me revisaron y antes de juntar las fuerzas para preguntar que tenía quede dormido.
Un viento suave y ligeramente caliente salía de las grandes y verdes arboledas. Tenía los ojos cerrados pero en cualquier lugar podría diferenciar aquello.
Olía a flores, a llovizna, a bosque, a naturaleza pero había un olor que desencajaba totalmente. Una loción que mi nariz podría detectar a metros de distancia y que buscaría hasta hallar al dueño de aquel magistral y dulce aroma.
Lo exhalé llenando mis pulmones de aquel olor y disfrute el regocijo del aroma pero pronto me sentí inquieto al querer abrir los ojos y buscarle como solía hacerlo.
Abrí los ojos como plato y le busque pero no le vi, me vi imposibilitado para moverme a mis anchas debido a la silla de ruedas a la que estaba sentado y gire lentamente el aparato, dándome vuelta para encontrarlo caminando hacia mi, caminando en el verdoso césped. Sonreí involuntariamente.
Brendon también sonreía, no me sorprendía ya que siempre lo hacia pero mi regocijo se aumento al doble.
Tomo el respaldo de la silla y me dirigió a un lugar donde había una banca.
—vaya sufrimiento ¿no es así? —pregunto mientras se sentaba
—si… ¿en donde estamos?
—de paseo—contesto rápidamente, sin quitar mi sonrisa contemple el paisaje, el cielo era de un sutil azul claro, el sol brillaba con fuerza y todo estaba lleno de tantos colores vividos, de una naturaleza impactante que ni siquiera me atrevería a describirla y ese conjunto de cosas me hacia sentir… ¿feliz?...
Trate de hacer memoria, algo estaba mal, entonces recordé que lo había besado, voltee a verlo y seguí viendo a Brendon con esa esplendida sonrisa, me dio terror ver todo aquello que trague saliva.
Trate de hacer memoria de exactamente lo que había pasado ese día y todo se aclaro, vi el cortometraje de mi vida en un puñado de segundos, me mordí los labios para reprimir el grito.
Todo estaba claro, estaba muerto y este era el infierno, claro no me merecía las puertas del cielo. Entonces en cuanto terminaría de asimilarlo el paisaje se caria y me vería entre fuego y gente agónica.
Pero solo por un momento ¿y si esto no era ni el infierno ni el limbo? ¿Y si este era el paraíso?
Este seria mi paraíso pero ¿Brendon que hacia aquí? ¿Acaso estaba muerto al igual que yo o era una perfecta simulación de él?
Me entro el pánico, podía escuchar los gritos, podía ver todo derrumbarse…
Brendon dejo de sonreír y con ello sabia que vendría el desmoronamiento de todo lo demás, podía escuchar mas cerca los gritos llenos de agonía.
—Bren—murmure tomando su rostro entre mis manos—si voy a morir todo se ira al carajo y nada de esto importara…
Suspiro con desgana y abrió la boca para replicar pero le puse un dedo sobre sus carnosos labios.
Me acerque para acabar con el espacio y pose tímidamente mis labios sobre los suyos, los míos estaban helados, los de el calientes. Otra confirmación de mi deceso.
Abrí con lentitud pero con firmeza mi boca, abrace sus labios mojándolos de mi saliva. Los de él tardaron en responder, si yo no fuera el muerto pensaría que él lo era por su falta de recepción y movimiento pero tras un rato respondió el beso, no podía creer que lo hiciera, el respiraba el aire que yo expulsaba y eso me hacia sentir extraño. Quizás la palabra que lo describiría seria feliz pero no entendía bien el concepto.
No me sorprendió no ver ninguna mujer en aquel lugar puesto que ninguna me había echo completamente feliz… bueno con una única excepción pero como había terminado todo era correcto que no aparecía frente a mi en esos momentos, no soportaría lastimarla más…
Estire mis manos enredando mis dedos en su corto cabello y seguí besándole con furor, quería tocar su lengua por primera vez, total, seria la única vez que lo hiciera, Bren me separo antes de poder hacerlo.
—George—gimió con la voz entre cortada y con los ojos como plato, algo avergonzado por el acontecimiento.
Ahora todo se disipaba, podía verlo con claridad y Brendon estaba ahí conmigo ¿Por qué…?
Era mi sueño ¿cierto? Así que eso no importaba, volví a acercar nuestros labios culminándolo con un beso suave y placentero, no estaba seguro de haber sentido “esto” con una chica.
Pero algo me frustraba, ni en sueños me dejaba besarlo como es debido.
Me volvió a separar, puso sus manos entre mis mejillas y sonrió.
—Ryan ¿ahora me dejaras hablar?
—claro, aquí es cuando me dices que estoy muerto
— ¿te haría feliz aquello?
— ¡no! ¿Qué tipo de pregunta es esa?
—entonces… ¿Qué te gustaría que te dijera?
—que no estoy muerto, que tengo una oportunidad de arreglar mi vida y… que te conviertas en mi… en mi pa-paraíso
Suspiro, no tristemente sino con ansia, ahí fue cuando su sonrisa volvió a colarse por su rostro.
—en ese caso, Ryan, puedes intentarlo… despierta ahora…
— ¿te sientes bien?
—No—jadeé… entonces no había sido un sueño…
— ¿Brendon está molesto conmigo?
—no lo creo… solo fue un chisme clásico de los paparazis—“Casi…”— ¿en que piensas?
—nada… ¿podrías traerme un poco de agua? Creo que no pienso claramente
El partió de la recamara casi convencido de que la morfina me había echo daño, mire los cables a los que estaba atado y mire el aparato que señalaba mis pulsos vitales, tenia una mano vendada, un yeso en la pierna y al parecer un collarín con el que estaba seguro me veía ridículo pero, a pesar de ello, todo eso era secundario a comparación de lo que había echo, ¿Por qué lo había echo? ¿Por qué con Bren?
— ¡maldita sea! —maldije mientras aventaba mi cabeza contra la pared dándome un ligero golpe que dolió mas de lo que debería pero no me sobé ni me queje, un poco más de dolor no me haría daño.
—Deberías dejar de maltratarte tanto—comento la voz de Brendon, abrí los ojos de par en par y lo mire sentado en la silla junto a mí; el no levanto la mirada, estaba concentrado escribiendo en su celular.
Suspire nervioso, ojala y no hubiera mandado a Spencer por agua para que rescatara mi miserable trasero.
Lo observe con toda la atención posible pero eso parecía imposible al cabo de unos cuantos segundos…
… Brendon se sobresalto al ver que mis parpados se cerraban casi independientemente y mi mano se resbalaba de la camilla, me sentía repentinamente débil… el cuerpo me pesaba…
— ¿Por qué siempre me haces lo mismo? —se quejó
— ¿p-per-perdón?
Se levanto del asiento y salió en el justo instante en el que Spencer entro con una enfermera, me revisaron y antes de juntar las fuerzas para preguntar que tenía quede dormido.
Un viento suave y ligeramente caliente salía de las grandes y verdes arboledas. Tenía los ojos cerrados pero en cualquier lugar podría diferenciar aquello.
Olía a flores, a llovizna, a bosque, a naturaleza pero había un olor que desencajaba totalmente. Una loción que mi nariz podría detectar a metros de distancia y que buscaría hasta hallar al dueño de aquel magistral y dulce aroma.
Lo exhalé llenando mis pulmones de aquel olor y disfrute el regocijo del aroma pero pronto me sentí inquieto al querer abrir los ojos y buscarle como solía hacerlo.
Abrí los ojos como plato y le busque pero no le vi, me vi imposibilitado para moverme a mis anchas debido a la silla de ruedas a la que estaba sentado y gire lentamente el aparato, dándome vuelta para encontrarlo caminando hacia mi, caminando en el verdoso césped. Sonreí involuntariamente.
Brendon también sonreía, no me sorprendía ya que siempre lo hacia pero mi regocijo se aumento al doble.
Tomo el respaldo de la silla y me dirigió a un lugar donde había una banca.
—vaya sufrimiento ¿no es así? —pregunto mientras se sentaba
—si… ¿en donde estamos?
—de paseo—contesto rápidamente, sin quitar mi sonrisa contemple el paisaje, el cielo era de un sutil azul claro, el sol brillaba con fuerza y todo estaba lleno de tantos colores vividos, de una naturaleza impactante que ni siquiera me atrevería a describirla y ese conjunto de cosas me hacia sentir… ¿feliz?...
Trate de hacer memoria, algo estaba mal, entonces recordé que lo había besado, voltee a verlo y seguí viendo a Brendon con esa esplendida sonrisa, me dio terror ver todo aquello que trague saliva.
Trate de hacer memoria de exactamente lo que había pasado ese día y todo se aclaro, vi el cortometraje de mi vida en un puñado de segundos, me mordí los labios para reprimir el grito.
Todo estaba claro, estaba muerto y este era el infierno, claro no me merecía las puertas del cielo. Entonces en cuanto terminaría de asimilarlo el paisaje se caria y me vería entre fuego y gente agónica.
Pero solo por un momento ¿y si esto no era ni el infierno ni el limbo? ¿Y si este era el paraíso?
Este seria mi paraíso pero ¿Brendon que hacia aquí? ¿Acaso estaba muerto al igual que yo o era una perfecta simulación de él?
Me entro el pánico, podía escuchar los gritos, podía ver todo derrumbarse…
Brendon dejo de sonreír y con ello sabia que vendría el desmoronamiento de todo lo demás, podía escuchar mas cerca los gritos llenos de agonía.
—Bren—murmure tomando su rostro entre mis manos—si voy a morir todo se ira al carajo y nada de esto importara…
Suspiro con desgana y abrió la boca para replicar pero le puse un dedo sobre sus carnosos labios.
Me acerque para acabar con el espacio y pose tímidamente mis labios sobre los suyos, los míos estaban helados, los de el calientes. Otra confirmación de mi deceso.
Abrí con lentitud pero con firmeza mi boca, abrace sus labios mojándolos de mi saliva. Los de él tardaron en responder, si yo no fuera el muerto pensaría que él lo era por su falta de recepción y movimiento pero tras un rato respondió el beso, no podía creer que lo hiciera, el respiraba el aire que yo expulsaba y eso me hacia sentir extraño. Quizás la palabra que lo describiría seria feliz pero no entendía bien el concepto.
No me sorprendió no ver ninguna mujer en aquel lugar puesto que ninguna me había echo completamente feliz… bueno con una única excepción pero como había terminado todo era correcto que no aparecía frente a mi en esos momentos, no soportaría lastimarla más…
Estire mis manos enredando mis dedos en su corto cabello y seguí besándole con furor, quería tocar su lengua por primera vez, total, seria la única vez que lo hiciera, Bren me separo antes de poder hacerlo.
—George—gimió con la voz entre cortada y con los ojos como plato, algo avergonzado por el acontecimiento.
Ahora todo se disipaba, podía verlo con claridad y Brendon estaba ahí conmigo ¿Por qué…?
Era mi sueño ¿cierto? Así que eso no importaba, volví a acercar nuestros labios culminándolo con un beso suave y placentero, no estaba seguro de haber sentido “esto” con una chica.
Pero algo me frustraba, ni en sueños me dejaba besarlo como es debido.
Me volvió a separar, puso sus manos entre mis mejillas y sonrió.
—Ryan ¿ahora me dejaras hablar?
—claro, aquí es cuando me dices que estoy muerto
— ¿te haría feliz aquello?
— ¡no! ¿Qué tipo de pregunta es esa?
—entonces… ¿Qué te gustaría que te dijera?
—que no estoy muerto, que tengo una oportunidad de arreglar mi vida y… que te conviertas en mi… en mi pa-paraíso
Suspiro, no tristemente sino con ansia, ahí fue cuando su sonrisa volvió a colarse por su rostro.
—en ese caso, Ryan, puedes intentarlo… despierta ahora…
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