lunes, 29 de marzo de 2010

"Nuestra aflicción"

Autor: Montzeh
Blog: http://snakesandpills.blogspot.com
Clasificación: General
Género: Songfic, drama.

Ryan Ross, Brendon Urie, Spencer Smith y Jon Walker pertenecen a ellos mismos, a sus padres, y tal vez a algunos mencionados anteriormente (?). Canción “Nuestra Aflicción” pertenece a Panda.



Nuestra Aflicción



¿Cuánto, cuanto se necesita para ya resolver,
Destruir este dilema que me tortura en las noches,
no me deja soñar, amplifica mis temores, simple o cabal?



Un gramo más, una inhalación más, una línea más, un poco más. Solo un poquito, para no desfallecer.

La falta de aire le hizo reaccionar. Despertó con el cuerpo bañado en sudor y la respiración agitada, otra vez había sufrido una pesadilla. Parecía que estas no acabarían nunca.
Su cuerpo se sentía pesado, se sentía de 200 kilos en lugar de esos escasos 57 kilos. Su garganta le raspaba y tenía la nariz roja. No tenía mucha conciencia de lo que sucedía de hace días. Solo recuerda que hace dos semanas le comunicaron al mundo sobre lo que posiblemente era uno de los mayores errores de su vida. Recuerda lo terrible que fue escribir aquella pequeña nota en internet, la noticia del final de Panic! At the Disco como cuarteto. Sus ojos le ardían un poco, la luz no se filtraba a través de las espesas cortinas de un color tinto, la cabeza le dolía a más no poder. “Resaca” le recordó una vocecilla dentro de su cabeza. Se levantó lentamente de la cama, dejando a lucir su delgado cuerpo, que ahora solo vestía unos bóxers, su cabello había crecido, unos rizos se formaban al final de cada mechón. Sus ojos color avellana poco a poco enfocaron el desastre de su habitación, ropa tirada aquí y allá, platos desechables de comida, unos vasos, discos, zapatos, guitarras y un par de botes de quien sabe que. Salió de su habitación, la luz que entraba por las ventanas le encandiló, había olvidado que aquí no hay cortinas oscuras que le protejan de la luz, se percató de que todo estaba limpio. ¿Cómo se limpio? ¿Qué hora era? Miles de preguntas asaltaron su mente, estaba muy confundido. Ignoró el asalto mental y mejor regreso a su habitación, tomó el único par de pantalones limpios que tenia, y otros bóxers; entrando al baño se despojó de su única prenda, se miró en el espejo. Tenía los ojos adornados con unas ojeras bastante notorias, su nariz le ardía y la traía roja, abrió el espejo, que atrás tenía un botiquín y tomó una aspirina. Abrió la llave de la regadera, dejando que el agua fría lo cubriera, que cada fina gota lo empapara, la sensación en su espalda, esos escalofríos, eran exquisitamente placenteros, y a la vez, terribles. Cerró sus ojos y dejo que le invadiera la sensación. Ya no quería pensar en nada más.

Encerré y acabe con mis sueños y la llave arroje
¿Para que los necesito? solo me causan angustia me hace
Falta un plan, me hace falta astucia y paz mental



El cereal de avena, tan insípido como siempre, le parecía un manjar esta mañana, no había comido en días, se había encerrado en su pequeño estudio a tocar el piano una, y otra, y otra vez, y lo único que había ingerido su estomago era agua y aspirinas. Sus cabellos cafés oscuros y despeinados le estorbaron un poco la vista, con un simple movimiento de cabeza se acomodaron hacia un lado. Le dolían sus dedos, no sabe cuánto tiempo estuvo metido en el piano, y cuanto más en la guitarra y con otro par de instrumentos. Las miro y se percató que estaban rojas, y un par de dedos tenían manchas de sangre seca y unas ligeras cortadas. Un sonido familiar lo sacó de sus pensamientos, tomo su celular que vibraba junto al plato, la batería ya estaba terminándose. Dejo su plato a medias y fue a conectar el celular. Tres golpes a la puerta le provocaron dar un respingo, fulmino la puerta con la mirada y con pereza fue a abrir, lo primero que vio fue un sonriente chico de cabello castaño, largo y una ligera barba de dos días, ignoro esto, se dio la vuelta y regresó a la cocina
—Si Brendon, también es encantador verte —Declaró el chico cerrando la puerta y siguiéndolo
—Hola Jon, disculpa, es que estaba desayunando
—¿A las 3 de la tarde? —Jon se sentó enfrente de él, separándolos la repisa central que usaban como mesa —Te vez muy pálido —Dijo mientras veía a brendon detenidamente —Brendon, ¿Todo anda bien? No te vez muy saludable
—Todo perfecto —sonrió falsamente -¿Qué tendría que ir mal? —La ira lo empezó a invadir –El hecho que hace apenas un mes termine con el amor de mi vida no es razón para sentirme mal —dijo cínicamente
—Vamos, no todo está perdido contigo y Ryan
—¿No? Jon, no le puedo rogar que vuelva, fui yo el que termino con todo eso…
—Pues tienen que arreglar eso, porque en poquito más de 5 semanas es el cumpleaños de Ryan, y quedamos que haríamos dar a entender que todo está bien entre nosotros. Cosa que es asi, hace tiempo que ya no nos llevábamos tan bien… a excepción de ti y de Ryan.
—Claro, para ti no fue difícil esto
—Hey, ¿tú crees que no me dolió dejar la banda? Simplemente ya no funcionábamos los cuatro juntos, y si, me pelee con Spencer en el momento, pero arreglamos todo, no tiene caso negar quelas cosas tenían más de un año mal entre nosotros cuatro. No por dejar de ser una banda tendríamos que dejar de ser amigos. —Jon jamás uso la palabra de pareja cuando se refería a él y Spencer, prefería hablar en general de los cuatro — Sabes que esta mejor asi el asunto, si queremos seguir viviendo de esto, tenía que ser así. —Brendon se levanto a lavar su plato, Jon lo siguió con la mirada, y fue cuando se percató de sus manos —¿Qué te sucedió?
—¿De que hablas? —Fue ahí cuando Brendon vio sus manos y las oculto en los bolsillos de su hoodie. –Solo estuve practicando un buen rato
—¿Cuánto es un buen rato? ¿Un par de semanas o que? —Se levantó y le saco las manos del hoodie —Brendon esto no está bien, incluso te sangraron
—Estoy bien —Bren retiro las manos bruscamente. Jon solo suspiró.
—Ustedes dos deben arreglar esto, les está haciendo daño. Bren… ¿Qué sucedió ese día que los dos están tan mal? —Jon le lanzó una mirada que daba a entender que no se iría hasta que le dijera. Brendon soltó el aire y se quedo callado un momento. Era momento de contarles lo que sucedió.

“—Lo mejor será irnos nosotros por nuestro lado —Dijo Ryan
—Ya no podemos componer sin discutir los cuatro —completó Jon —Por eso tomamos esa decisión, creo que es lo mejor. Entiendan que no queremos dejar de ser lo que somos, como amigos y eso… solo creemos que como banda ya no funcionamos. —Brendon y Spencer los miraban muy serios, Spencer parecía muy tranquilo, al contrario de Brendon.
—¿Algo más que hayan ensayado para decir? —Dijo de pronto
—Brendon… -intentó decir Jon
—Por mi te puedes ir a la mierda —Dijo viendo a Ryan, era claro que solo se lo decía a él —No me sorprende esto, de ti ya lo esperaba, a excepción de la parte donde te llevas arrastrando a alguien
—Bren…
—Suerte en tus proyectos, Ross —Brendon se dio la vuelta furioso —Discúlpenme Jon y Spencer —dijo antes de azotar la puerta”


Entiendo el rechazo del mundo, tu repudio, amor
Pues igual si me conociera tal vez voltearía mi cara
Tal vez sentiría lastima. Dicen que el amor mancha
Y ya me ensucie.



“—¡Brendon escúchame! —Dijo Ryan entrando a la casa tras brendon
—¡No tengo nada que escuchar!
—Por favor entiende, lo hicimos por el bien de la….
—¡Banda! Si ya sé, pero no por nosotros
—¿De que hablas?
—Las cosas no han estado bien entre nosotros tampoco, para que negarlo. Esta solo es una excusa para alejarme de ti
—Brendon, estas paranoico, no fue por eso, ya te dije que simplemente tenemos gustos diferentes es…
—DEJA DE MENTIR —Gritó Brendon sin pensar las cosas —Gracias a ti las cosas están asi, tu maldito ego y forma de ver el mundo provocaron estos pleitos, tantos problemas entre nosotros y con la banda… Mejor vete de aquí
—Brendon… —Ryan intento tomarlo del hombro
—¡QUE TE LARGUES! NO QUIERO A NINGUN MENTIROSO EGOLATRA EN MI CASA —Ryan no dijo más, solo sus ojos se llenaban de lagrimas, tomó una maleta y empezó a meter su ropa, dejando caer las silenciosas y gruesas lagrimas. Brendon se salió sin decir más de la habitación, y seguido, de la casa que compartían.”

El recuerdo lo asaltó de improviso. Salió de la bañera decidido a comenzar un nuevo y mejor día. Tal vez todo estaba perdido con brendon, si, pero no dejaría que su vida se terminara por eso. Se vistió, lo único limpio que tenia aparte de los jeans oscuros que ya vestía, era una playera blanca de cuello v, se la puso junto con un chaleco negro, recordó que todavía no compraba una lavadora para su nueva casa, asi que tomo un gran canasto donde se suponía iba la ropa sucia, y este ahora solo resguardaba un par de calcetines. Empezó a recoger toda la ropa, en el canasto no cabría todo, sería necesario una bolsa grande, y otras más para toda la basura que había en su habitación. Después de una hora, la habitación lucía reluciente, decidido, fue al botiquín y tiro todos los farmacéuticos que sabe que jamás lo uso para malestares, y tiro aquella bolsita de cocaína, a sabiendas que no era toda la droga que tenía. Pero no necesitaría lo demás. Las bolsas con basura las dejo fuera de la casa. Subió la ropa a su camioneta negra y tomó algo de dinero, no sin antes colocarse sus gafas y un sombrero negro. Fue a la lavandería de siempre, por la hora dudaba ver a Brendon, era imposible. O eso creía.
Entró a la gran lavandería, tomo uno de esos carritos para ropa que tenían y fue a su camioneta por toda la ropa, no quería sacarla en las bolsas, tenía un poquito de dignidad. Pasando la ropa se percató de un pequeño detalle. A un carro de distancia, junto a ese Jetta, había un Audi negro, exactamente igual al de Brendon. ¿Debía eso preocuparle? Vamos, no es el único Audi en toda la maldita ciudad, es Los Ángeles, de esos hay puños. Sin pensarlo más entro en la lavandería, pidió dos lavadoras, hecho todo a cada una y se digno a jugar con su iphone mientras se sentaba junto a la ventana, las gafas no se las quitó en ningún momento, así esperaba que nadie lo reconociera. Se quito el gorro un momento y acomodo su largo cabello, a comparación de cómo estaba antes. Miro un segundo a los demás, había una señora lavando y un par de lo que parecían ser, unos universitarios, pero sus ojos se pararon en quien estaba en la otra línea. No podía ser cierto.


Parece, si parece, oh no, no, que lo mucho que ofrezco
No ofrece tanto y por eso, por eso, me afronte y
Dejare de ser una carga. Pues yo ya no aguanto más
Farsas, no lo puedo evitar sentir que muere mi flama
Cuando no estás.



Brendon estaba accionando la lavadora cuando se percató de que alguien lo veía. Miro hacia enfrente, ese chico… no era posible. Era el, estaba seguro. El chico se quito su sombrero y se acomodo su cabello cuando volteó a verlo. Tenía que ser una mala broma, tenía que serlo. Ryan se quitó sus lentes y lo vio lo que parecieron ser horas, se quedaron mirando. Brendon no pudo hacer más que voltearle la cara.

—¡Hey! ¿Qué esos no son Ryan Ross y Brendon Urie? —Dijo una chica a otra
—Estas loca… —Dijo— como podrían ser… —La chica volteó a verlos. Y efectivamente, eran ellos. El par de chicas acudieron a saludarlos y pedirles autógrafo y fotos, las chicas en el centro, brendon en un extremo, y ryan en el otro. Ambos tuvieron que sonreír falsamente ante las fans, responder sus preguntas y delicadamente decirles que los dejaran en paz, las chicas se fueron al cabo de unos minutos, y una vez más, Ryan y Brendon quedaron solo, se miraron un segundo y brendon volteo la cara, fingiendo asco al verlo.
—Podrías por lo menos fingir que nos llevamos bien, para que no sospechen —Sugirió Ryan. Brendon sintió la electricidad recorriéndolo, a pesar de que hace unos minutos lo escucho hablar desde hace semanas, era la primera vez que se dirigía a él, lo cual lo hacía más especial. Algo le dijo internamente a Brendon que contestara bien, nada de lo que hizo fue a propósito, le separación no era su plan maquiavélico o algo por el estilo. Suspiro un momento, lo miró y abrió la boca para decir algo amable
—¿Por qué no mejor pido que me lleven a domicilio mi ropa y me largo para no verte la cara? —Su cerebro había recibido la señal, quería decir algo amable, no eso. Un dolor en el pecho lo atravesó al ver el rostro de Ryan, quien se veía indiferente ante lo que dijo. Se puso los lentes nuevamente y regreso a sentarse a la venta
—Como quieras, no es mi problema —Se limitó a decir mientras una cínica sonrisa se dibujaba en su rostro. Brendon espero 10 minutos más a que su ropa estuviera lista, sin siquiera voltear a ver a Ryan, tomó todo en un canasto rápidamente y se fue a su carro.

Cuando por fin llegó a casa, Ryan dejo salir las gruesas lágrimas. Definitivamente Brendon lo odiaba. No lo forzaría a hablarle frente a la gente para hacer parecer que todo está bien. Las lágrimas no paraban de salir, y el día ya se había ido, ya estaba casi completamente oscuro allá afuera. Corrió a su camioneta, había dicho que ya no lo haría, que ya la dejaría, pero en su plan no contaba con el detalle de poder sentir su corazón destrozarse más de lo que yo estaba. Abrió ese cajón que estaba bajo los asientos, y sonrió tristemente al ver que ahí seguía su botella de vodka y aquella bolsita de polvo blanco.

Y así cierro un ciclo, amor. Necesito un favor, un poco
Más de medicina, pues nunca entendí la manera para
Poder evitar sentir que me rompen las piernas
Cuando no estás.



Brendon no había derramado una sola lágrima. Claro, le destrozo ver la indiferencia en Ryan, claro que lo hizo, pero ya no lloraría más, ya se había gastado demasiado. Salió de su casa, se puso la gorra de su hoodie y comenzó a caminar. Sabe perfectamente a donde iría, ese parque tan familiar para él, ese árbol que desde hace un tiempo lo encontró muy especial, empezando por el hecho de que se ajustaba perfectamente a su espalda, y ahí vivió lindos momentos con… con Ryan. Una gotita cayendo en su nariz lo sacó de sus pensamientos. Miró al cielo y otra gota le cayó junto al ojo. Metió sus manos a los bolsillos y siguió caminando mientras la lluvia arreciaba conforme pasaban los minutos. Unas cuadras después; llegó a ese pequeñito parque, donde ahorita no había nadie, las bancas vacías, la poca gente que había a los alrededores se escondía de la lluvia, corría cubriéndose con su portafolio o con un periódico, lo que fuera. Tranquilamente se fue a sentar a su árbol, las frondosas ramas no alcanzaban a cubrirlo completamente de la lluvia, el aire provocaba que el agua le pegara en el rostro, le dolía su pecho, sentía el mismo dolor que sintió cuando corrió a Ryan de la casa, cuando termino con él. Miró su celular y se puso a ver las pocas fotografías que ahí tenia, unas cuantas con amigos, con Shane, pero había una carpeta bien oculta, que tenía todas sus fotos con Ryan, todas y cada una de ellas. Cuando tuvieron su primera cita oficial, unas del parque de diversiones. Y había dos muy especiales, una era de la primera noche que pasaron juntos, después de tanto amor, besos caricias y lujuria, a Brendon se le ocurrió la loca idea de tomarse una foto, saco su cámara y se tomo una dándole un beso en la mejilla a Ryan, ambos con su cabello mojado por el sudor, con el rostro brilloso, y se alcanzaba a notar que ninguno traía playera, eso era más que obvio. La otra, que era probablemente un poco más especial, era la primera fotografía que se tomo con Ryan, cuando eran solo amigos, estaban fuera de la antigua casa de Ryan, junto al destartalado carro de su padre, ambos con una gran sonrisa en el rostro, se veían muy pequeños, tendrían probablemente unos dieciséis o quince años. Sonrío ante el recuerdo de aquel día, pero pronto amargas lágrimas se asomaron por su rostro, ¿que diablos le sucedía? Había dicho que ya no lloraría más. Pero no podía parar a aquellas lagrimas que se mezclaban con las gotas de la lluvia, las había retenido desde hace tanto, se abrazo las piernas, acercándolas más a su pecho y escondió su cabeza entre sus rodillas, desahogándose, ya lo necesitaba. No tenía conciencia de cuánto tiempo llevaba en esa posición llorando, su espalda ya le dolía demasiado, cuando un ruido estrepitoso, lo asustó y le llamo la atención… sonaba como un choque.

Las drogas ya habían hecho su apropiado efecto junto con aquel vodka que quemaba su garganta, la nariz le ardía. Ahora un peso en su conciencia lo lastimaba, se había prometido ya no volver a consumirla.
Se levanto con dificultad de aquel sillón, y tambaleándose camino hasta la puerta, abrió torpemente y se dirigió a su camioneta, casi se tropieza al subir a ella. De alguna manera u otra, logro conducir establemente, sin hacer alguna tontería o perder el control de la camioneta, que ya era bastante estúpido conducir ebrio y drogado a la vez. Unos 10 minutos después, pasó por aquel parque que le traía demasiados recuerdos, el parque donde compartió tantos momentos con el chico que amaba. Vio que el parque estaba completamente vacío, o eso creía, una luz del alumbrado público, iluminaba ligeramente una silueta recargada en un árbol. El árbol de brendon, pensó. La silueta se le figuro muy familiar, alcanzó a distinguir una hoodie negra con un logotipo en el gorro. ¡Es Brendon! Le dijo su cabeza, sintió que algo no andaba bien, y fue en el segundo en que vio hacia enfrente, cuando el otro automóvil derrapaba directo hacía el.


Me haría feliz que mi cantar te haga sentir muy especial
Que mi cantar te pueda dar placer.



Todo sucedió muy rápido, el golpe fue tan fuerte que la camioneta se volcó, siendo lanzada a unos cinco metros de donde estaba. Mientras el vidrio reventado se había encajado en gran parte sobre ryan, pensó que fue bastante tonto salir de casa, bastante estúpido haber consumido, y todavía más, jamás haberse hecho el hábito del cinturón de seguridad por más que Brendon se lo rogaba. Cuando la camioneta aterrizo llantas hacia arriba en el pavimento, se preguntó si aquel chico fue una simple ilusión para que sucediera esto, si algún día volvería a ver a sus seres queridos, si volvería a sentir una guitarra entre sus manos, pero más importante, si Brendon asistiría a su funeral. Alcanzó a distinguir siluetas acercándose, y el grito de alguien, pero el sonido se fue, y con eso, su conciencia.


Y así juntos Envejecer,
mas no pude hacerte feliz, ya decidí partir.



¿Cómo pudo dejar que el maldito orgullo le ganara? Gracias a su estúpido ego, ahora estaba viviendo una pesadilla, seguía con la idea de que no valía la pena vivir sin él a su lado. ¿Por qué lo dejo? ¿Por qué lo culpo de todo? Si él no tenía la culpa de lo que sucedió. Si, era un ególatra, y a veces mentía, pero era SU ególatra, así lo amaba, con todo detalle, lo amaba sin importa sus defectos, lo amaba de pies a cabeza. Amaba hasta el más mínimo detalle, sus hermosos ojos color almendra, los diez mil cambios de look que se hizo desde que lo conoce, su fina boca rosada, ah esa boca, era su perdición. Ansiaba sentirla, besarla y saborearla. ¿En que momento todo se derrumbo de esa manera? ¿Cuándo fue que todo se perdió? La respuesta no iba a llegar, pero estar sentado en ese lugar lo mataba.


El dolor empezó a sentirse, su pierna derecha le dolía mucho, su espalda y sus brazos también. Intento moverse pero no logró mucho, se sentía cansado, pero ¿dónde estaba? Abrió los ojos con lentitud, una habitación blanca, a excepción de una pared de un color verde olivo. Genial, un hospital. Miró al techo, baldosas blancas. ¿Por qué todos los hospitales eran iguales? El olor del linóleo, de esa cosa que usaran para limpiar. Como lo detestaba. Miró a la ventana que se encontraba en la pared de al lado, en el reflejo vio a un ryan pálido, más delgado de lo que ya era, una cortada en la frente con tres banditas cubriendo las puntadas. ¿Qué sucedió? Sus brazos estaban llenos de raspones y moretones, una línea intravenosa en su muñeca izquierda, y la pulserita blanca señalando que era un paciente en la muñeca derecha. Se sacudió un poco el cabello, y con trabajo se enderezó y se recargo en la almohada, tomó el control de la tv que estaba a su lado y comenzó a cambiar canales en busca de algo bueno. Fue cuando escucho unos ruidos, vio en la esquina más lejana de la habitación, un pequeño sillón de una sola plaza, y ahí sentado, algo adormilado, aquél chico rubio que siempre le acompaño, frotó sus ojos azules y bostezo, al ver que estaba Ryan despierto, se levanto de un salto, casi literalmente.
—¡Ryan!
—Hola Spencer –le sonrió débilmente
—¿Tienes idea del susto que nos hiciste pasar? —Lo miró severo— Logramos que no te lleven a la cárcel.
—Spencer…
—¡¿Quién en su sano juicio conduce en la lluvia, EBRIO Y DROGRADO?!
—Spencer
—Por lo menos no hubo daños internos, por lo tanto no hubo necesidad de operarte —Ryan recordó los conocimientos de medicina de Spencer, claro, su mamá siendo enfermera…
—Spencer
—Todos estábamos como locos, mis padres están histéricos, demasiado preocupados por su hijo perdido, ósea tú —Los padres de Spencer siempre le tuvieron gran afecto a Ryan desde que eran pequeños
—Spencer
—Estaba con ellos cuando Brendon me avisó… —¿Brendon? ¿Brendon sabía lo que ocurrió? ¿Dónde estaba? ¿Cómo supo?
—¡SPENCER! –Gritó cansado, ahí por fin Spencer se cayó— ¿Podrías explicarme lo que sucedió? —Spencer suspiro
—Creí que lo recordarías
—Vagamente…
—¿Recuerdas haber chocado? —Ryan recordó el automóvil aproximándose a él
—Algo así
—Bueno, ahora estamos en el Hospital Grace, tuviste muchos golpes, nada grave. Y tienes la pierna derecha fracturada —Eso explica el dolor— Pero estuviste inconsciente demasiado tiempo, los doctores no sabían si despertarías, te hicieron estudios en la cabeza, pero no encontraran nada malo. Bueno, nada medicamente malo —se rió de su propio chiste— Y te lavaron el estomago —Lo miro nuevamente serio, esa mirada que te dan los padres cuando hiciste algo malo— Te sacaron toda la mierda que te habías metido
—Spencer lo siento… dije que ya no lo haría, pero…
—Esta bien —Le sonrió— tengo que avisar a los demás y a alguna enfermera que ya despertaste— no tardo, o eso espero —Cuando Spencer salió, dejo la puerta abierta. Ryan apago el televisor y se sorprendió al darse cuenta de quien estaba recargado en el marco de la puerta. Vestía una playera negra, unos pantalones de mezclilla y tenis rojos.
—Brendon… —Susurró. Brendon camino hacia la cama tranquilo, su mirada estaba perdida, estaba muy serio. Se sentó en un extremo de la cama, viendo a Ryan fijamente. Fue ahí cuando recordó porque Brendon fue el que le aviso a Spencer
—Perdón, no he tenido tiempo de ir a cambiar el numero de emergencia de mi identificación —Como respuesta obtuvo un abrazo por parte de Brendon sintiendo como las lagrimas mojaban su bata. Ryan le devolvió el abrazo y lo mantuvo asi, sobando su espalda tranquilamente. Unos minutos después brendon se separo
—Creí que te perdería para siempre —Balbuceó entre sollozos
—Aquí estoy —Respondió Ryan tranquilo— Brendon... lo siento por todo, fui un… —Le interrumpió unos labios plasmándose en los suyos. Por un segundo no supo que hacer, pero Brendon besándolo con más fuerza, intentando forzar a su boca abrirse, lo hizo reaccionar y le permitió el paso, un beso tan apasionado y necesitado, dejó que la lengua de brendon invadiera su boca, jugando con ella, peleando una con la otra por ver quién brindaba más placer. La mano derecha de ryan comenzó a jugar con el cabello de Brendon, mientras una de Brendon tomaba por la cintura a Ryan y lo acercaba más a él, Ryan disfrutaba el momento y lo acercaba también más hacia él. Finalizó lamiendo el labio inferior de Brendon y mordiéndolo un poco.
—Como extrañé eso —Dijo Ryan, los dos soltaron una risita
—Yo soy el que se tiene que disculpar. No debí culparte de eso. Fui estúpido, las cosas sucedieron porque sí, no por tu culpa. Pero te quiero otra vez a mi lado, te amo, te amo y te necesito. ¿Mencione que te amo? Entiendo que si no quieres saber más de mí pero necesitaba decírtelo y besarte y también…
—Brendon —Lo interrumpió tomándolo del rostro— Cállate y vuelve a besarme —Brendon sonrió, y claro está, cumplió sus órdenes. Poco a poco todo fue aumentando de intensidad, pero el poco raciocinio de Ryan despertó— Bren… no podemos, estamos en un hospital, y en cualquier momento alguien entra
—No me importa —Dijo Brendon y se acerco a su oído— Necesito también hacerte el amor, volver a hacerte mío. Me importa un carajo que llegue quien llegue, existe el seguro —Ryan soltó una risotada
—Será cuando no tenga le yeso, lo prometo
—Podemos arreglárnosla con el maldito yeso —Brendon sonrió maliciosamente. Un carraspeo interrumpió su romántica y poco apropiada para el público reconciliación
—Lamento interrumpir su momentito —Dijo Jon, quien estaba en la puerta junto con Spencer y una enfermera— pero la enfermera tiene que revisar que todo esté bien
—Creo que todo está bien –dijo la enfermera sonriendo— Si necesitan algo me llaman

Jon y Spencer sonrieron al ver a Ryan y a Brendon juntos. Les contagiaron esa alegría y buen momento, y Jon no pudo evitar abrazar a Spencer y darle un beso muy cerca de su boca, lo que hizo que Spencer se ruborizara completamente. Los chicos rieron y volvieron a hablar como si nada hubiera pasado, solo los cuatro amigos de siempre, acercaron una silla a la cama y ahí se sentó Spencer, Jon se sentó en el suelo junto a Spencer, Ryan se hizo a un lado dejando espacio para que Brendon se sentara en la cama junto a él, siguieron hablando y escuchando el relato de Jon, mientras Ryan, de manera disimulada ponía su mano sobre la de Brendon, y Brendon la tomó pronto entrelazando sus dedos con los de él.
—Te amo —Le susurró al oído de Ryan
—Y yo a ti, más que a nada en el mundo.


Vamos a continuar con alegría y felicidad, vamos a
Continuar nuestra aflicción, nuestra aflicción.

1 comentario:

Unknown dijo...

Alguien me podria decir el nombre completo de la cronica q dice de niñeros a.... esque no me acuerdo porfaaa aki lo lei