viernes, 9 de abril de 2010

"Lluvia del norte"

Autor: Luki
Clasificación: General.
Género: Romance.




Lluvia del norte
Capitulo unico.


Qué injusta es la vida. ¡Y qué caprichosa puede llegar a ser! Y en ocasiones te pone en aprietos donde tu hipocresía puede renacer y arruinarte todo; tu vida, tu ánimo, tus relaciones. Sí, porque, ¿quién dijo que los humanos no hemos sido siempre unos inconformistas? Siempre queremos que tener lo que se nos antoja, y aun sabiendo que nuestra conciencia tiene todo su derecho de reprimirnos las acciones y métodos que utilicemos para conseguirlo, lo hacemos.

Y gracias a tu enorme falta de juicio, acabas tendido en el suelo, derrotado, lamentándote del gran error que cometiste hace dos o tres meses. ¿Y qué arreglas yaciendo ahí cuan luchador rendido? ¿Eres inválido? ¿Crees que rogándole al cielo y llorando vas a conseguir algo? No, asúmelo, la vida te desafía, y no se ampara de ti. Obviamente, lo que no puedes hacer es estar liado con tu novia, que ni siquiera se podría llamar eso cuando solo ves en ella una potente atracción física, y a la vez tirarte a tu mejor amigo, besar esos carnosos labios que tiene, apropiarte del esbelto y perfecto cuerpo. ¿Adónde crees que vas por ese camino? ¿Es que quieres que todos tus fans te señalen como el tío que puso los cuernos a su novia con Brendon Urie?

Eres una pieza importante en Panic At The Disco, y sin embargo te expones libremente a muchos riesgos. Claro, eres un humano, un caprichoso, un inconformista, un avaricioso. Ryan Ross es una persona más. Una persona que daría lo que fuera por salir de ese tugurio.

— ¿Vas a seguir sin hablarme?

No obtuvo respuesta, y realmente, era consciente de que había perdido a Brendon por bastante tiempo. Ha metido la pata.

—Brendon... por favor.

—No, cállate —El joven se encontraba sentado sobre una silla, con sus ojos cerrados, y sus finas pestañas ligeramente impregnadas en lágrimas—, ¿quieres utilizar más palabras vacías? ¿No crees que ya has hecho suficiente?

— ¿Y tú crees que a mí me agrada estar así contigo? ¿Levantarme sólo en mi cama, sin sentir tu piel sobre la mía, sin sentir tu cálido aliento sobre mis labios? —Se incorporó, apoyando su espalda sobre el sillón— ¿Eres idiota?

—hora pretenderás que me trague tus hipócritas palabras, ¿verdad, Ryan?

— ¿Hasta cuánto tiempo vas a seguir correteando por ese mundo donde eres la víctima y yo el malo de la película? —Se levantó, dirigiéndose hacia Brendon—, yo... te echo de menos

Brendon no dijo nada, solo se limitó a agachar su cabeza. Quería pensar que todo lo que decía Ryan era mentira, que únicamente servía para aliviarle y que posteriormente le volvería a dejar en la típica depresión, la ruina. Pero era levantar su mirada y ver como los acaramelados ojos del guitarrista estaban manipulando de una suave y delicada manera su corazón. Su voz quebrada y culpable y su deplorable aspecto indicaba que NO podía estar tomándose a broma algo tan serio. Era una tarea un tanto bastante complicada fingir aquel estado de pura tristeza.

—He estado sin ti muchos días, cuando me mudé a Los Ángeles y tú te quedaste en Las Vegas... no quiero que se vuelva a repetir, no quiero volver a sentirte lejos

— ¿Y Keltie? ¿Qué pasa con ella?

— ¿Crees que quiero estar con ella? Si supieras cuánto me arrepiento de haberla conocido aquel día en los Video Music Awards... si ese día nunca hubiese llegado, tú y yo ahora estaríamos juntos, sin ningún obstáculo de por medio, solos.

No sabía qué decir. Si de verdad todo lo que estaba diciendo Ryan era verdad, ¿por qué dudaba? ¿Por qué no se levantaba de una jodida vez y envolvía a Ryan en sus brazos, mientras volvía a saborear su golosina preferida? Continuaba cabizbajo, sin saber qué decir, yendo a contracorriente de todos sus principios, cohibiéndose de lo que verdaderamente estaba deseando hacer.

—Supongo que después de esto tú te marcharás... yo me seguiré ahogando en mi propio error, y Keltie seguirá conmigo... pero Brendon, aunque esta sea la última vez que lo diga... —Se agachó, hasta quedar a su altura— no te vayas, por favor, quédate aquí... —Se aferró a su espalda, como si se tratase de algo que en cualquier momento podría perder—, no vuelvas a irte de mi lado...

—Pues sí, soy un idiota

— ¿Ah?

Brendon se levantó, volteándose y quedando frente a frente con su amigo. Sus manos se posaron en los delgados hombros de Ryan, agarrándolos con fuerza y apegándolos hacia él.

—Soy blando, demasiado flexible —El cuerpo de Ryan estaba sobre el suyo, notaba su respiración, aquel calor tan sumamente satisfactorio-, y me basta con verte y oírte para perdonarte cualquier cosa, debería cambiar eso...
Ryan solo sonrió, rodeando la delgada cintura de su compañero.

—Cuando estabas en Las Vegas echaba de menos tu piel, ¿lo sabías? —Respiraba lentamente, dándose tiempo para percibir la suave fragancia que transmitía el cuerpo de Brendon—, te necesito, necesito respirarte, Brendon... mis pulmones están a falta de ti

—Te ha dado por hablar metafóricamente, ¿no? —Soltó una carcajada— Estar de pie es
demasiado incómodo...

Y así, vuelves a errar. Errar es humano, algo inevitable en ti. No eres Dios ni tienes una parte divina, y quizá por eso ser una persona tiene un lado que es MUY divertido. Te expones a riesgos, e intentas salir de ellos, mientras lo intentas, te sientes bien y te ríes en la cara del peligro. Qué irresponsable por tu parte permitir que tu sentido común se mofe de esa manera de algo tan serio. Y también permitir que ahora estés desabrochando tu camisa, bajo el cuerpo de tu vocalista, el cual tiene su pecho desnudo sobre el tuyo.

Hace solo unos minutos estabas llorando y torturándote en la penumbra de tu corazón, y ahora vuelves a tu juego preferido, a adueñarte de tu Luna, reclamarla su presencia y rogarla que se olvide de desaparecer. Mientras tu cuerpo ya es autónomo, tu mente está dormida en el sueño que tú mismo recreaste, viviendo un cuento cuyo título y trama tienen un mismo rumbo: la fusión de tu cuerpo y el suyo, moviéndose juntos y al mismo ritmo, desnudos, mientras vuestros labios se rebaten en una pelea, donde sus lenguas, se golpean, sin piedad, con ansias.
Al final acabaréis con vuestros labios hinchados y rojizos, cuerpos mezclando numerosas gotas de sudor y abrazados, exhaustos y respirando agitadamente. Tú decides mandar a la mierda la relación con Keltie, después de todo necesitas a Brendon y a todo su ser.

Y la fría lluvia no es quien para quitar todo su esplendor y brillo a la Luna y al Sol.

No hay comentarios: