miércoles, 21 de abril de 2010

"Travel to the moon" 26/36

Autor: Abril
Clasificación: General (lease bajo su propio riesgo [N/A])
Género: Drama, Romance.




"Travel to the moon"
Capitulo 26


Este era el plan, quería quitármelo de la cabeza, quería sentir unas manos suaves y delgadas recorriendo mi cuerpo para que borraran sus caricias y todo lo que me había hecho.
— ¡Hum… Ryan! —gemía una tipa bastante tirable mientras yo la besaba con más intensidad de la que recordaba haber usado los últimos días y es que quería borrar cualquier vestigio de la saliva de Brendon, de sus estúpidos besos y de sus jadeos en mi mente.
— ¡oh… si… Ryan!—gritaba
Suponía que estaba luchando por una partida perdida pero al fin y al cabo, tenía que luchar por algo.
— ¡oh…! —escuchaba mientras me enterraban una decena de uñas en la espalda, sentí su cuerpo contraerse bajo mi piel pero no me importo, aun no había logrado olvidar sus palabras que resonaban en mi cabeza así que solo le puse mas empeño…
… Saque una gran cantidad de aire y termine tirado boca arriba con seguramente una espalda llena de rasguños, aun no descifraba si lo que corría de mi espalda era sudor, sangre o una variación de ambas, pero bueno, ¿a quien le interesaba? Bueno, definitivamente no a Brendon…

—Ya te entendí Spencer, deja de repetírmelo—me quejaba apretando notas musicales al azar.
—Pues parece que no me haces caso—dijo entre dientes, lo mire enojado
— ¿y tu quien eres? ¿Su vocero? Algún día tendrá que ensayar con nosotros—comente mordazmente harto de que Brendon se deslindara de toda responsabilidad con la banda y quisiera ensayar pero sin que yo estuviera presente, ese era un juego estúpido y exasperante (como si mis ganas de tratar con él fueran mayores) pero me resignaba porque deberes eran deberes. Cuando llegaba a coincidir en su horario lo único que me merecía era un saludo, muy cordial, que prefería que ni me dirigiera y tras mis negativas de responderle lo dejo de hacer.
—No, seguí tu consejo de buscarme otro amigo—me respondió rojo de enojo—además, deberías de dejar de presionarlo si no quiere hablar contigo
— ¡no estoy tratando que hable conmigo! ¡Quiero un poco de seriedad en lo que hacemos! —le grite aventando la guitarra lejos de mi vista
—hey, basta—interrumpió Jon que había permanecido en silencio
Yo me les quede mirando a los dos con furia y jale mi cuadernillo.
— ¡Cielo, déjame en paz, ellos están adentro!
Volteé hacia la ventana, como me chocaban esos tipos de la disquera que decidían traer a su idiota noviecita para conocer a tipos que trabajaran en ella, respire, si no me equivocaba, nosotros éramos la única banda que ensayaría ese día.
De pronto la puerta se abrió y encontré a una mujer pegada en la pared, con las manos arriba y con… un Brendon encima de ella, aprisionándola entre la pared y su cuerpo, besándola con una vehemencia impecable.
Jon miro hacia mi dirección porque en cuanto los vi solté un “¡oh!” lastimero y sonoro que seguro él escucho, tosió fuerte provocando que Brendon reaccionara, se separo de ella con un rostro de sorpresa.
—No puede ser—dije levantándome del asiento, jale mi guitarra y mi libreta.
—Ryan, ¿A dónde vas? ¿No ensayaríamos hoy?
—No, no lo haremos—le conteste pasándome de largo y empujando sin querer a la acaramelada pareja de la puerta
— ¡oye! —se quejo la mujer esperando que le pidiera disculpas
—Estorbabas—le dije y seguí con mi camino
— ¡Espera! —Escuche cuando iba tomando el elevador— ¡Ryan!
Lo ignore, ni ganas ni esfuerzo tenia de querer verlo y es que al fin y al cabo no importaba nada de lo que sintiera por él porque mami había terminado ganando.
—Idiota hijo de mami—me queje en un tono que él escucho
— ¡no hagas eso! —me grito
— ¿¡hacer qué?! —pregunte a la defensiva
— ¡esto! ¡Tú terminaste con lo que teníamos!
— ¿¡yo?! ¡Eres un estúpido si consideras que permanecer 10 minutos tocando fuera de tu casa es terminar con esto!
Me detuvo del brazo antes de subir al elevador, voltee a verle, porque no me podía negar completamente, y vi su rostro culpable e inquieto.
—Ryan tu solo tenias que…
Lo avente contra la pared, no quería escuchar su basura, no lo quería cerca de mí, no quería que sus manos pegajosas y sudadas me tocaran y quería lo más lejos posible su dolor fingido…



Me levante, comenzaba a pensar demasiado, a darle muchas vueltas al asunto, empezaba a ponerme ansioso, a querer volver a tirármela así que mejor me levante y fui al baño.
Tire todo lo que había detrás del espejo donde solía ver lo apuesto que me estaba poniendo, mi cabello inusualmente cuidado creciendo y yo negándome a cortármelo.
Al fin encontré algo que estaba en el fondo, seria importante saber como había llegado hasta ahí pero mejor lo deje pasar.
Abrí el frasco con manos temblorosas y tire 3 pastillas de valium en mi palma extendida, lo repase cosa de segundos, mis manos empezaban a titiritar insoportablemente, y sin pensármela más, solo me las tome…


Si en algún momento había tenido ganas de esconderme de mis amigos, de encerrarme en un cuarto, de estar solo, este era el momento y es que no tenia ganas de ver a nadie, solo quería tiempo para procesarlo, para procesarlo de verdad, y para que esta constante y no grata punzada en el pecho hiciera su desaparición por completo.
Todo el día un tocadiscos cantaba para evitar que pudiera divagar demasiado en mis pensamientos, en esos que decían que había perdido mi dignidad, de esos que gritaban que era un estúpido perdedor, así que mejor canturreaba disco tras disco y es que eso era una verdadera fuente energética para sumir mis pensamientos.
Cuando la música dejaba de distraerme lo necesario, leía (esto era la mayor parte del día) y en cuando estaba suficientemente agotado para leer empezaba a hacerle arreglos a aquella vieja habitación de Brendon.
En un tiempo, de haber tenido ganas de salir a la calle, ese hubiera sido un excelente estudio.
Al dormir dejaba la televisión prendida, comía con televisión y radios juntos y, aun así, me sentía solo, desecho y bastante triste.
Cierto que me agradaba estar solo pero termine por darme cuenta que si seguía así un buen día el tiempo que me dedicaba me hartaría, terminaría asqueado y enfermado de mi propia compañía.
Al fin di por acabado el trabajo del tocadiscos tras 2 semanas de dejarlo encendido, me instale en una frac café, unas botas, unos vaqueros arena con una camisa blanca y salí….
Lo primero que vi fue mi auto, me enfermo verlo, no quería hacer cómplice de mi vida ni un día mas a ese viejo cacharro (que de viejo no tenia nada) así que se iría como todo lo que estaba yéndose por la borda, estaba dispuesto a ello, lo había adquirido cuando decidí quedarme con Brendon y ahora se iba junto con él.
Me subí y fui directo a venderlo, dejarlo en esa concesionario no me creo ningún tipo de conflicto, excepto uno, si se lo hubiera vendido a una fan hubiera ganado más dinero del que me dieron. Igual, no alcanzaría para el que tenía pensado y tampoco me viraba andar a pie.
Termine comprando un lamborghini murciélago, bastante caro pero practico.
Estaba en la intersección de regreso a casa o al centro. Opte por la segunda, hacia falta comida por si es que me regresaba la depresión de quererme quedar estancado en esa casa.

En el supermercado vi a Alex (compañero de disquera) a unos pasillos delante de mí, hace bastante que no lo veía y me detuve a saludarlo.
— ¡Ryan! —grito cuando me vio y corrió a estrecharme con una fuerza casi asfixiante que era combinada con una ímpetu inconcebible. Era difícil creer que alguien se alegrara tanto de verme, me levanto un poco el ánimo— ¿Cómo haz estado?
—em… bastante bien ¿y a ti? ¿Cómo va la banda?
—bien aunque decidimos que Phantom Planet se tomaría un descanso
—oh…—dije, no tenia ni idea de que decir
—oye, voy a ir con unos amigos, te invito, se va a poner loco
Inspeccione el carrito que resguardaba y encontré varias botellas de alcohol, por no decir que era un carrito lleno de bebida.
—realmente no quiero importunar
—Ah, para nada, el de la casa es un buen amigo mío, ni se dará cuenta de cuanta gente a sido invitada—hice una mueca, ¿gente? ¿Multitud después de todo esto? —Por Dios Ryan, no te hagas del rogar, te estoy invitando.
La multitud no me parecía, nunca me había parecido del todo, pero igual necesitaba distracción, empezaba a aburrirme de mi mismo.
—Vale, voy, pero me guías, traje mi carro.

— ¡dime que no estoy viendo un lamborgini! —Grito Alex, mire hacia su dirección—esos cuestan unos cuantos millones, algún día me comprare uno de esos... ¿Dónde esta tu carro?
Me sentí demasiado incomodo conforme nos acercábamos, él me miro.
—bueno… aquí.
Él busco pero tras un rato me miro.
—aquí no ahí ninguna camioneta, esa tenias ¿no?
—es el lamborgini
El detuvo su carrito, me miro sorprendido.
— ¡nombre hermano, ¿quieres meterme a tu banda?! ¡No sabia que ganaras tanto!
—no lo hago, despilfarro más de lo que en realidad tengo
— ¡esta descomunal!... ¿puedo…?
Le pase las llaves.
—tu conduce solo déjame meter mis cosas…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ah, la mina re histérica xD pero, Dios, gracias Eve. Gracias. Gracias! Creo suponer por donde va el asunto, pero me carga sacar conclusiones antes de tener pruebas concretas. Por favor, no me dejes mucho tiempo sin fic. Por favor! Ya sabes que pierdo mis cabales :(