Clasificación: General (lease bajo su propio riesgo [N/A])
Género: Drama, Romance.
"Travel to the moon"
Capitulo 2/36
Capitulo 2/36
Era medio concierto y estaba seguro que me encontraba con el rostro totalmente inexpresivo, tocando la guitarra por única y primordial inercia. En ningún momento había perdido ninguna estrofa, ninguna partitura, ningún coro, ninguna segunda voz… parece que al fin de cuentas algo bueno había salido de todo eso.
Mientras tocaba por tocar me di cuenta que todas aquellas situaciones amargas propiciaban que tocara mejor que cualquier otro día, es más, estaba seguro que tocaba mejor que en mis días buenos… eso si acaso no era un mito y de verdad existían.
Por momentos sentía las miradas insistentes sobre mí de parte del vocalista pero prefería ignorarle. No resultaba difícil ni tedioso, de hecho, creo que se combinaba con el resto de las cosas malas que me empeñaba en evitar.
Una melodía más termino y la gente gritaba, las luces brillaban sobre nosotros y algo completamente intangible a mis odios vibraba en las bocinas. Vi que me había quedado paralizado, motivo por el cual Brendon tenía que entretener al público ya que la guitarra era uno de los principales sonidos; voltee solo para verificar que Spencer me veía victorioso pero consternado; trague saliva.
¡No!... me había prometido a mi mismo que no la cagaría… no hoy… ¡no por él!…
Toque un acorde y el publico vibro ante ello, las luces disminuyeron hasta apagarse por completo.
Mientras tocaba por tocar me di cuenta que todas aquellas situaciones amargas propiciaban que tocara mejor que cualquier otro día, es más, estaba seguro que tocaba mejor que en mis días buenos… eso si acaso no era un mito y de verdad existían.
Por momentos sentía las miradas insistentes sobre mí de parte del vocalista pero prefería ignorarle. No resultaba difícil ni tedioso, de hecho, creo que se combinaba con el resto de las cosas malas que me empeñaba en evitar.
Una melodía más termino y la gente gritaba, las luces brillaban sobre nosotros y algo completamente intangible a mis odios vibraba en las bocinas. Vi que me había quedado paralizado, motivo por el cual Brendon tenía que entretener al público ya que la guitarra era uno de los principales sonidos; voltee solo para verificar que Spencer me veía victorioso pero consternado; trague saliva.
¡No!... me había prometido a mi mismo que no la cagaría… no hoy… ¡no por él!…
Toque un acorde y el publico vibro ante ello, las luces disminuyeron hasta apagarse por completo.
— “Ahora estoy en una edad con permiso para estar olvidándote en un cabaret. En algún lugar en el centro donde una reina burlesca podría hasta preguntar mi nombre mientras se despoja de su ropa en el escenario…”
¡Uf! La penúltima canción, si salía victorioso de “Nails for breakfast and tacks for snacks” podría ir a mi camerino a desahogarme como era debido, solo una canción más, solo 3 minutos más…
Vi a Brendon acercarse a mi pero seguí sin prestar atención, su voz retumbaba en las bocinas clavándose en mi cabeza, y pensar que yo había echo aquella canción, aquella que por raro que pareciese sentía que me estaba dedicando a mi.
«“La magia de la ironía”» pensé rápidamente pero no, ni que por un momento se me ocurriera que la repentina molestia dibujada en el rostro del castaño era por que me estaba dedicando aquella canción.
Se detuvo frente a mí y le vi con el estribillo del ojo, coloco una de sus manos en mi cuello.
Ahí iba una canción más, un suspiro más, un día monótono como el resto, una expresión fingida… solo un estúpido y tedioso día más de mi terrible y penosa existencia…
Escuche que la canción estaba por terminar y mis músculos se tensaron repentinamente… el panorama comenzaba a cambiar…
Brendon me jalo del cuello con fuerza pero al mismo tiempo con premura y me puso frente a él para que le mirara, no quería pero tuve que hacerlo por la insistencia de su mirada, el micrófono negro era sujetado en sus chatas manos y sus ojos rogaban una disculpa. Cosa. Que no entendía.
Entonces todo pasó en una fracción de segundo.
Vi a Brendon acercarse a mi pero seguí sin prestar atención, su voz retumbaba en las bocinas clavándose en mi cabeza, y pensar que yo había echo aquella canción, aquella que por raro que pareciese sentía que me estaba dedicando a mi.
«“La magia de la ironía”» pensé rápidamente pero no, ni que por un momento se me ocurriera que la repentina molestia dibujada en el rostro del castaño era por que me estaba dedicando aquella canción.
Se detuvo frente a mí y le vi con el estribillo del ojo, coloco una de sus manos en mi cuello.
Ahí iba una canción más, un suspiro más, un día monótono como el resto, una expresión fingida… solo un estúpido y tedioso día más de mi terrible y penosa existencia…
Escuche que la canción estaba por terminar y mis músculos se tensaron repentinamente… el panorama comenzaba a cambiar…
Brendon me jalo del cuello con fuerza pero al mismo tiempo con premura y me puso frente a él para que le mirara, no quería pero tuve que hacerlo por la insistencia de su mirada, el micrófono negro era sujetado en sus chatas manos y sus ojos rogaban una disculpa. Cosa. Que no entendía.
Entonces todo pasó en una fracción de segundo.
— ¿No es esto precisamente donde me querrías?—cantó y vi su rostro hacerse peligrosamente al mío a la par que lo doblaba un poco.
Su nariz choco con mi mejilla y sus labios se posaron entre los míos entreabiertos. No cerraría los ojos, quería cerciorarme que aquello sucedía.
Su nariz choco con mi mejilla y sus labios se posaron entre los míos entreabiertos. No cerraría los ojos, quería cerciorarme que aquello sucedía.
En el mismo segundo que sus labios se estamparon con los míos y respirábamos el mismísimo aire deje caer la mano tocando una nota demasiado alta que no iba con el final de la canción y que chillo en el estadio haciendo que Brendon hiciera una mueca de molestia mientras seguía besándome.
Mis manos habían echado raíces en la guitarra y no podía hacer nada para moverlas.
Escuche gritos del público, que muy dulcemente, habían ignorado el estruendo, aunque estaba seguro que había sido porque Brendon seguía pegado a mí mientras yo miraba perplejo el panorama, con sus labios sobre los míos sin poder si quiera despegarlos.
Eche un vistazo a mis amigos notando que Spencer y Jon, que habían sido los que habían escuchado más fuerte el ruido, tenían las manos en las orejas y miraban de igual manera que el público.
Brendon abrió los ojos y evito a toda costa mirarme, se separo con súbita rapidez regresando a su lugar como si nada hubiera pasado. Me sorprendió sentirme estupefacto y… y totalmente encolerizado.
Ahora quería salir corriendo y decirle a ese tipo que ¿quien se creía?, ¿que pensaba?, si el era homosexual muy su problema pero a mi que ni me implicara en sus cosas.
No, no, no, lo cierto es que estaba asombrado, confundido y por lo que resto del concierto abandone la idea de pensar en mi padre.
Mis manos habían echado raíces en la guitarra y no podía hacer nada para moverlas.
Escuche gritos del público, que muy dulcemente, habían ignorado el estruendo, aunque estaba seguro que había sido porque Brendon seguía pegado a mí mientras yo miraba perplejo el panorama, con sus labios sobre los míos sin poder si quiera despegarlos.
Eche un vistazo a mis amigos notando que Spencer y Jon, que habían sido los que habían escuchado más fuerte el ruido, tenían las manos en las orejas y miraban de igual manera que el público.
Brendon abrió los ojos y evito a toda costa mirarme, se separo con súbita rapidez regresando a su lugar como si nada hubiera pasado. Me sorprendió sentirme estupefacto y… y totalmente encolerizado.
Ahora quería salir corriendo y decirle a ese tipo que ¿quien se creía?, ¿que pensaba?, si el era homosexual muy su problema pero a mi que ni me implicara en sus cosas.
No, no, no, lo cierto es que estaba asombrado, confundido y por lo que resto del concierto abandone la idea de pensar en mi padre.
«"Vaya día"» apremie a mi mente y sentí una salada gota descender por mi mejilla, dos, cuatro y espere…
… Tal y como lo había dicho Spencer junto con Jon me había dado la “aceptación” a pleno concierto pero había una diferencia que me hacia irrevocablemente feliz: no había sido a medio concierto, había sido a finales.
Me limpie rápidamente las lagrimas que resbalaban por mis mejillas al ser consiente de que la última canción de nuestro repertorio terminaba, trate de sonar normal pero aquello era más que imposible.
—espero que hayan disfrutado el concierto… este es el último del siguiente par de meses… gracias por venir…
Me desfunde la guitarra dejándola recargada en la pared y salí antes de que el telón cerrara dejando a los muchachos atolondrados ante la noticia.
Corrí al camerino para guardar rápidamente todas mis pertenencias y mientras lo hacia sentía como las lágrimas brotaban avivadamente, no quería que nadie me mirara en aquel estado así que salí disparado del complejo embarcándome al taxi más cercano para volar a Las Vegas y hacerme cargo del funeral de mi padre.
En el trayecto pensaba y pensaba pero el fallecimiento de mi padre ya no estaba en primer plano, ahora era Brendon, su boca, sus ojos, sus manos, su entereza, su cuerpo que por fracción de segundo estuvo pegado al mío, en mi aliento, en mis labios… pensaba en él y su indiscutible imperfección que me había dejado petrificado y sin habla.
¡Vaya que enfado e incertidumbre!...
Que porquería de día… que porquería de vida…
Me limpie rápidamente las lagrimas que resbalaban por mis mejillas al ser consiente de que la última canción de nuestro repertorio terminaba, trate de sonar normal pero aquello era más que imposible.
—espero que hayan disfrutado el concierto… este es el último del siguiente par de meses… gracias por venir…
Me desfunde la guitarra dejándola recargada en la pared y salí antes de que el telón cerrara dejando a los muchachos atolondrados ante la noticia.
Corrí al camerino para guardar rápidamente todas mis pertenencias y mientras lo hacia sentía como las lágrimas brotaban avivadamente, no quería que nadie me mirara en aquel estado así que salí disparado del complejo embarcándome al taxi más cercano para volar a Las Vegas y hacerme cargo del funeral de mi padre.
En el trayecto pensaba y pensaba pero el fallecimiento de mi padre ya no estaba en primer plano, ahora era Brendon, su boca, sus ojos, sus manos, su entereza, su cuerpo que por fracción de segundo estuvo pegado al mío, en mi aliento, en mis labios… pensaba en él y su indiscutible imperfección que me había dejado petrificado y sin habla.
¡Vaya que enfado e incertidumbre!...
Que porquería de día… que porquería de vida…
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