Ryan did it.
Capitulo unico.
Siempre trataba de huir de mis pensamientos, de mis sentimientos, y no me daba cuenta de que cada vez que lo hacía, solo conseguía huir de mí mismo, esto parecía acabarme, me consumía cada día al levantarme y mirarme al espejo, las cosas se volvían confusas y simplemente las cubría con una brillante sonrisa que desde siempre me venía caracterizando, sé que estaba mal, pero, me estaba volviendo una persona falsa, ya no era el mismo de antes, sentía que algo me hacía falta, pero el problema es que no sabía qué. La aflicción me devoraba día día, minuto a minuto, me consumía la vida, era triste ver que después de cada concierto las fans nos miraban tan alegremente, eso me hacía feliz, pero por alguna razón volvía al principio, y mi vacío continuaba ahí presente.
—Lo que te hace falta es una buena chica, una buena novia —Me decía Spencer con unos grandes ojos entusiasta mientras desayunábamos en la cafetería del estudio de grabación.
—Tal vez —Conteste desganadamente— Tengo a Sarah, es una gran chica, pero no se hay algo que me hace sentir vacío, no sé.
—O tal vez te estarás poniendo paranoico, mister Urie? —M; decía la voz de Spencer con un tono bromista
—Yo sé que no es así —Dije sonriendo— Ojala este sea el día en que averigüe el porqué de este extraño estado que viene en mi desde hace ya mucho.
Y así fue, aunque resulte extraño, ese día supe lo que faltaba a mi alma y a mi corazón, ese era nada más y anda menos que mi amigo Ryan Ross, está bien, no diré ‘amigo’, porque sé qué hace cuatro años nuestra relación fue incluso más allá de unos simples amigos, recuerdo que una noche después de un concierto enojado me decía:
— ¿Hasta cuando vas a seguir toqueteándome frente al público? ¡No ves que las fans se dan cuenta de esto!
— ¿Tienes miedo a ocultarlo acaso? Porque yo no —Dije con cautela aquella vez.
—Brendon tu sabes que te amo, pero no quiero arruinar esto.
— ¿Arruinar qué? si nuestra amistad es perfecta.
—A eso me refiero, tengo miedo de que algún día acabe por lo que estamos a punto de cometer ahora.
No le hice caso, solo le sonreí y esa fue la primera vez que lo bese con premura, con delicadeza que después se convirtió en pasión y terminamos acostados y enredados en las sabanas de su cama. Lastimosamente eso era pasado, ya había terminado, ni siquiera supe porque termino, solo supe que todo llego a su fin. Pasaron los meses, dejamos de hablarnos, curiosamente una tarde al encontrarnos en el barrio volvimos a hablar, pero ya nada era como antes, nuestra relación se volvió algo superficial y no pasábamos más allá del ‘hola’ y ‘¿cómo estás?’ por suerte nuestra relación nunca se oficializó, hubiera sido un verdadero caos al momento cuando decidimos separarnos y Walker junto a Ross se fueron y decidieron formar otra banda.
—Brendon, ya es hora de entrar a la sala de grabación. —Me dijo Spencer interrumpiéndome en mi reflexión
—Okay, ya voy —Le dije desapoyándome de la ventana que es en donde había estado los últimos 20 minutos
Después de eso, el resto del día me la pase escribiendo letras dedicadas a Ryan, creo que tenía razón Spencer de lo de paranoico, pero era lo que hoy quería hacer. Sarah se acercó a mi dándome un suave beso en la comisura de mis labios anunciando que hoy saldrá con sus amigas, le respondí con un gesto alegre y agite mi mano despidiéndome de ella. Al pasar las horas continuaba ahí, casi inmóvil pensando en el pasado, creo que me había atrapado en él, necesitaba a alguien que me sacara de ahí.
Conocí a Sarah aproximadamente 3 años atrás, recuerdo que al momento de verla, me volví loco por ella, tanto que le hice un canción para conquistarla, luego comenzamos a salir y dentro de unas semanas más me hice novio de ella, comencé a ver en las redes sociales algunas molestias de mis fans, primero pensaba que algún día ellas me iban a entender de que la amaba, pero después fui yo el que entendí de que verdaderamente no era a Sarah a quien precisamente amaba, porque al fin y al cabo, descubrí que había una pieza faltante a mi alma.
“Dame una señal, quiero creer…”Fue lo que escribí en el papel que luego arroje a la basura.
Eso correspondía a una canción a medio hacer que me puse a escribir en los momentos que comencé a recordar a Ryan. Al pasar un minuto volví a la papelera recogí el papel y encontré la canción perfecta, comencé a pensar en cada minuto de mi vida y la inmortalice en la pintura que adornaba la pared de mi living, la mona lisa, creo que así se llamara mi próxima canción, pensé, era como esa obra de arte, todo tan abstracto, tan misterioso, tan sensorial, en eso alguien llamo a mi celular.
— ¿Aló? —Dije cortando el silencio que se había producido hace un instante.
— ¿Aló, Brendon? —Dijo la voz del otro lado del aparato.
—Sí, soy yo. ¿Quién habla? —Conteste, entonces se produjo un silencio y esa persona corto.
Este día había sido bastante extraño, primero mi reflexión que salió de la nada esta mañana, después las canciones estúpidamente dedicadas a Ryan ¿y ahora esto? Alguien me llama y no dice quién es, es mejor que salga a distraerme. Tome mi guitarra y la traje conmigo hacia el patio de mi casa, al salir me senté en el césped y comencé a tararear mi nueva canción.
—Ya veo que sigues siendo el mismo gran artista que conocí varios años atrás.
— ¡Ryan! —Exclamé casi gritando, no podía creer que era él — ¿Qué haces acá?
—Oí tu melodía, me encanto tanto que decidí ir en busca de ella y te encontré a ti tocándola.
— ¿Te gusto?
—Sí, está realmente buena.
Me quede fundido mirando ese par de ojos marrones algo verdosos que caracterizaban la enigmática mirada de ese flacuchento castaño, que por cierto sentía que amaba, el día parecía nublado, pero en exceso, tanto que las nubes amenazaban con llover, los goterones fueron cubriéndonos de a poco hasta mojarnos casi por completo, pestañee secándome el agua lluvia de mis ojos y me levante con la guitarra en mano.
—Ven te invito a mi casa, no quiero que te mojes —Dije alegremente a Ry, entonces él accedió.
No sé por qué lo hice, pero lo invite, entramos a mi casa, Ryan al pasar el umbral de la oscura puerta que se dibujaba en mi casa cerré la puerta lentamente, dejando la guitarra a un lado y sacándome el chaleco que traía empapado en agua.
—¿No quieres que te invite unos tragos? —Le dije a Ry mientras sentí como caía la lluvia sobre el tejado.
—No te preocupes, Bren, sabes, quiero decirte algo —Dijo con algo de rubor en su semblante, eso me hizo sonreír cálidamente, extrañaba esos viejos gestos.
— ¿Qué cosa? —Acote sorprendido
—La persona que te llamo y no contesto….era yo —Dijo sonrojándose aún más y mirando al suelo.
Sonreí nuevamente, ahora sentía que volvía a expresar una sonrisa en mis labios sin que fuera fingida, pero fui yo el que ahora no contestó, me acerque ligeramente a Ryan, él se apoyó contra la puerta y cuando mis ojos se cerraron, mis labios y los suyos se volvieron a reencontrar después de un par de años o quizás más, años que por cierto, parecieron siglos después de haber estado viviendo sin el cada uno de esos días.
— ¿Por qué lo hiciste? —Me dijo Ryan después de haberle besado.
—Perdóname, fue solo un impulso. —Conteste tratando de excusarme.
—No sabes cuánto extrañe esto —Dijo tomándome por las mejillas besando mis labios una vez más pero esta vez con algo más de pasión.
Llegamos al borde de mi cama, estábamos en mi cuarto, Ryan comenzó a besarme por donde se le antojara, arrebate cada prenda que traía tan rápidamente como si el tiempo se me fuse a acabar, al cabo de segundos los viejos tiempos comenzaron a repetirse como cuando éramos aun una banda de 4, los gemidos iban y venían, sentía como parte de Ryan entraba y salía de mi cada vez más rápido, quise cambiarle de lugar y después yo era el que se sumergía en lo más profundo de su cuerpo, una gota de sudor corría por mi frente resbalando por mi mejilla legando hasta mi mentón, cerraba los ojos cada vez que Ry entraba dentro de mí, no me atrevía a verlo, solo conseguiría ver su placer en su rostro, cosa que acabaría por excitarme más, ya casi no recordaba la última vez que acaricie a Ryan acariciando cada rincón de su cuerpo, a pesar del frio, parecíamos no sentirlo, el calor que nos proporcionábamos era suficiente como para sentirnos satisfechos, la lluvia caía sonoramente sobre el techo de mi casa mientras Ryan y yo lo hacíamos enérgicamente, estuvimos así gran parte de la noche hasta caer rendidos sobre el colchón de la cama bañados de un grueso sudor.
—Brendon. —Dijo Ry susurrando por encima de mi rostro, pudiendo sentir su cálido aliento sobre mí
—¿Si, Ryan? —Dije apartándole un mechón de su frente, esos mechones que hace tiempo no tocaba
—Te amo.
—Yo también te amo-confesé vagamente mirando con ternura sus misteriosos ojos.
Ahí me di cuenta de que verdaderamente lo amaba, que el también me amaba y aunque huyéramos de nuestros sentimientos, siempre serán estos los que terminen ganando la batalla con nuestras mentes, era inútil retroceder el tiempo atrás, no podíamos cambiar nada de lo que había sucedido, nuestra separación, el momento en que erramos y dejamos que ya no nos viéramos más, pero sobre todo no podíamos cambiar el sentimiento que nos sentíamos, era evidente de que nos amábamos.
Prometí nunca separarme de él y nunca dejar de amarle hasta que mi vida terminara, Ryan sonrió levemente como él solía hacerlo y apoyo su cabeza contra mi pecho, me estremecí haciendo que mi corazón latiese desenfrenadamente, antes de dejar que el sueño cayese sobre nuestros cuerpos me dijo un último te amo y me beso tiernamente, eso marco el fin del vacío que por cuánto tiempo busque una explicación concreta y precisa. Todas las emociones fluidas, todo ese sentir tan peculiar, esa sensación desgargante que me corrompe el corazón, todas eran causadas por la misma persona, no cavia duda alguna, Ryan did it.
1 comentario:
Aww que lindo Michie*-* me encanto :3♥
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